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Notodden es ciertamente una ciudad que ama el blues. Durante años, músicos y aficionados han unido esfuerzos por dar a conocer su festival tanto en su país, Noruega, como más allá de sus fronteras. Artistas de blues de todo el mundo han tocado junto a músicos locales en un intercambio cultural que ha favorecido la difusión de esta música y ha dignificado a sus intérpretes. Múltiples viajes hacia el Mississippi en busca de lo esencial han motivado fuertes vínculos de amistad entre apasionados noruegos por el blues y muchos de los actuales bluesmen/women de esta parte de USA. El primer Notodden Blues Festival surgió por iniciativa de unos cuantos músicos cuando buena parte de la población de Notodden quedó en el paro al cerrar y deslocalizar dos de sus principales industrias. Así pues, el primer cartel fue concebido con el fin de levantar el ánimo a una gente que en tres meses vio como su vida cambiaba imprevisiblemente (todas estas explicaciones se constatan visitando al BLUESEUM de Notodden, que es una experiencia totalmente recomendable)… Una multitud de gente disfrutó del primer festival que se afianzó y que actualmente intenta mantener un espíritu similar al de sus inicios, contando con el potencial de sus 600 voluntarios que año tras año colaboran aportando su tiempo y disponibilidad, impregnando la gran fiesta del blues de calor humano. Notodden Blues Festival ha ido creciendo hasta llegar a ser el festival de blues más importante y con más presupuesto de Europa, que genera riqueza en su territorio esgrimiendo el blues como estandarte.
Al llegar al aeropuerto de Gardermoen-Oslo el martes 29 de julio de 2014, fui recibida por un joven dispuesto a conducirme durante dos horas hacia su ciudad para que pudiera llegar a tiempo al primer concierto del festival. Vegard, así se llamaba mi nuevo amigo, me llevó hacia una hermosísima iglesia del siglo XII, la Heddal Stavkirke, construida en madera cuyo perfil fastuoso con múltiples techos puntiagudos revela el carácter telúrico de esta bella construcción. En su interior, ya estaba congregada la gente para disfrutar del concierto de Mike Andersen a la guitarra y voz, acompañado por Kristian Fogh al piano. Llegué justo empezada la actuación, cuando Mike cantaba “Careless Love” y quedé impresionada por su voz cálida y ágil, impregnada de soul y con la que llenó de buen feeling el espacio interior de la iglesia en un concierto totalmente acústico. Mike Andersen se mostró muy relajado y próximo, invitando a los asistentes a cantar y a seguir con las palmas su magnífica pulsación rítmica. Artista de buena presencia escénica que hizo gala de su sentido del humor durante las presentaciones, involucró al público haciéndole sentir en familia. Extraordinarias sus versiones de “Ain’t no sunshine”, “Something”, “Georgia on my mind”, “Shake Rattle ‘n’ Roll”, así como las interpretaciones de sus temas propios tales como el exquisito “Raindrop in a drought” que es una maravilla y que también puede escucharse en su nuevo disco “Home”. Un concierto de auténtico lujo para arrancar con el 27th. International Notodden Blues Festival y que fue la delicia del público asistente que acabó en pie ovacionando largamente a los dos músicos.
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Puesto que asistí a Notodden para actuar como artista invitada, pero también en calidad de coordinadora de un evento (European Blues Expo), así como periodista musical y también miembro del Jurado de la Union Blues Cup 2014, todo ello me ofreció la posibilidad de percibir la magnitud del festival desde diversos ángulos. Al acceder al área de los despachos -la zona donde se cuece todo- percibí el ritmo frenético de los organizadores: reuniones con el gabinete de prensa, coordinación constante con los diversos ámbitos del voluntariado (transporte de artistas, merchandising, control de entradas, venta de bebidas, atención al público, etc.), planificación de actividades, seguimiento económico, asistencia a sponsors, etc. Una labor complicada y que requiere una gran responsabilidad, puesto que el festival mueve un presupuesto astronómico que debe ser gestionado con extremo rigor. Quienes dedican cuerpo y alma a este compromiso durante todo el año, trabajan sin descanso durante el festival para que la gente pueda gozar del mismo.
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El miércoles 30 de julio de 2014 asistí a los conciertos en uno de los espacios del festival, Teledølen, un ámbito recogido en el patio de un bar con una capacidad para 300 personas. Abrió el Showcase Night un grupo sorprendente, Marcus Løvdal Band, ganadores de la Union Blues Cup 2013, cuyos componentes de poco más de 20 años manifiestan una madurez escénica impresionante. Marcus Løvdal es, sin duda alguna, un prodigio como guitarrista que sigue la estela de grandes figuras como Knut Reiersrud, Vidar Busk o Kid Andersen. El concierto fue impecable, con temas propios muy bien arreglados e interpretados con energía y sentimiento de grupo. Una banda compacta que no tan sólo calentó el ambiente sino que ofreció una actuación de gran calidad. Siguió la velada con Caravan Blues Band, quinteto afincado en Notodden y liderado por el cantante y guitarrista Østein Ytterbø, que tocaron un repertorio basado en el estilo houserockin’, conectando bien con el público. Cabe destacar el brío de los músicos que nos transportaron al blues áspero de Maxwell Street y que fue una buena elección para continuar con la segunda noche del festival. Al finalizar, otra artista de la misma ciudad subió al escenario junto a su orquesta, Lady J & Her Bada Bing Band, acompañados por el guitarrista Tommy Larsen. Un buen espectáculo en el que Lady J lució y cantó con glamour y elegancia, con toques de humor en sus interpretaciones y desbordando feminidad. Basándose principalmente en la música de los años 50s, el jumpin’jive de Lady J, Tommy Larsen y sus compañeros deleitó al personal, tanto por la voz como por los arreglos o los solos de la guitarra, piano y metales. Los últimos en salir al escenario de Teledølen ese día fueron A Contra Blues, el grupo ganador del European Blues Challenge 2014 y que llegaron desde Barcelona con muchas ganas de entregarse desde el primer momento. Ofrecieron un grandioso concierto en el que los solos de los guitarristas Alberto Noel Calvillo y Héctor Martín motivaron el delirio del público. La sección rítmica compuesta por Núria Perich (batería) y Joan Vigo (bajo) sonó como un único cuerpo, sólidos y muy bien compenetrados con el resto de los músicos. La voz de Jonathan Herrero, se mostró potente y espléndida. Hacemos hincapié en que A Contra Blues están tocando en los mejores festivales de Europa bajo el amparo de la European Blues Union, que dedica un gran esfuerzo en la promoción del blues, organizando el European Blues Challenge y premiando a sus vencedores con tocar en los mejores escenarios europeos.
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El día siguiente, jueves 31 de julio de 2014, la mañana empezó alegre para los niños de la escuela infantil (barnehage) de Notodden, con un concierto especial de Rita Engedalen & Backbone. Desafortunadamente no pude asistir pero las fotografías revelan una feliz jornada musical en la que los artistas fueron recibidos con globos azules sostenidos por niños sonrientes con los rostros pintados en llamativos colores. Sin duda, una hermosa forma de iniciar a los pequeños en el universo del blues. Al mediodía se inauguró la 2ª European Blues Expo en la biblioteca del emblemático Bok & Blueshuset, presentada por Espen Fjelle (director del Europas Blues Senter), Jostein Forsberg (director del Notodden Blues Festival) y Tom Ruf (presidente de la European Blues Union). La exposición fue similar a la realizada el año anterior en la biblioteca Tecla Sala de l´Hospitalet de Llobregat, aunque con más contenidos y más fotógrafos que cedieron sus obras de forma generosa para contribuir en la difusión del blues en Europa. Entre ellos Pertti Nurmi, Alain Hiot, Sylvie Bosc, Roser I. Valls, SKAttomaTTO, Charlie Hussey, Aigars Lapsa, Morten Gjerde, Carme Barrera, Fred Delforge y Roald Jungård, o el equipo de Bad Music que elaboraron un nuevo vídeo de 2h 15min. de duración con las actuaciones de los ganadores (primer y segundo premio) de las cuatro ediciones del European Blues Challenge. Pertti Nurmi también expuso su obra fotográfica en el hall del mismo edificio, con 120 fotografías que resumían sus años como editor del magazín finlandés Blues News y más de 40 años de pasión por el blues. Cabe destacar de ésta 2ª European Blues Expo la documentación compilada a modo de database y expuesta en un ordenador para constituir un Fondo de Blues Europeo y que ambiciona a ser ampliado y compartido on-line para los amantes del blues en Europa. Una serie de pósters sobre la European Blues Union muestran las actividades que realiza esta asociación, tales como el European Blues Challenge, Blues Market, CD promocional, European Blues Expo, etc. Otros pósters exhiben cuáles son los magazines de blues en Europa por países o qué festivales forman parte de la EBU. Algunas revistas europeas de blues aportaron ejemplares para la biblioteca para ser expuestos de forma permanente (BluesNews de Noruega, BluesNews de Finlandia, Twoj Blues de Polonia, Blues Matters! de UK y Blues & Co de Francia) y que se mostraron junto a los artículos sobre la European Blues Union aparecidos en la prensa especializada y que estaban fotocopiados para poder ser leídos. Como coordinadora de la exposición junto a Espen Fjelle deseo agradecer a todos los que han cedido su arte y tiempo a esta actividad cultural, así como a Ragnhild Kraugerud y a las trabajadoras de la biblioteca del Bok & Blueshuset, en especial a Mary Ann, que fue una estupenda colaboradora en el montaje de la misma. La realización de la European Blues Expo me impidió asistir a un emblemático concierto en Teledølen, protagonizado por diversas bandas surgidas en cinco cárceles (fengsel) de Noruega y con algunos de sus componentes aún cumpliendo condena. El proyecto de apoyar a músicos de blues que están recluidos en prisión está sostenido por Trond Ytterbø y Jostein Forsberg, que según me contó el pianista de la banda acompañante, John “Rev. John” Ultvedt, realizan esta labor solidaria no tan sólo durante el festival sino a lo largo del año. Una tarea loable y que merece ser mencionada. Así pues, en Teledølen se mezclaron los reclusos con sus vigilantes y el público que quiso participar de sus blues.
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Por la tarde, otro espacio cubierto llamado Hovigs Hangar situado en el centro de la ciudad y con capacidad para 3000 personas, se llenó hasta rebosar en el acto de apertura oficial del NBF, con la participación de la ministra de cultura noruega Thorhild Widvey. El evento fue televisado y contó con algunas actuaciones como la de Keb’ Mo’, Grainne Duffy o la de los ganadores del European Blues Challenge 2014, A Contra Blues. En el mismo escenario, se concedió el premio Notodden Bluespris al músico acordeonista y cantante JT Lauritsen, quien lo recibió feliz y emocionado. Acto seguido, empezó la actuación de Rita Engedalen & Backbone que presentaron su nuevo disco “My Mother’s Blues” y que contó con Margit Bakken como invitada. Después la noche siguió con el concierto de Keb’ Mo’ en formato de cuarteto y que fue realmente memorable. Se le veía radiante y sin intención de abandonar el escenario, abordando un repertorio muy bien construido en el que no faltaron “Government Cheese”, “The Whole Enchilada”, “Dangerous Mood” o el emblemático “The Door” para acabar, en el que cada uno de los músicos acompañantes canta en solitario y de forma magistral. Sorprende escucharle como se reinterpreta a si mismo, cambiando los tempos de sus canciones y modificando las armonías, en lo que parece ser un juego para dar nuevas dimensiones a su obra. A modo de bis y con el público totalmente en su favor, tocó “More Than One Way Home”, lo cual motivó gran felicidad entre sus seguidores (entre los que me incluyo!), ya que éste es su tema más reconocido. Un concierto en el que no faltó el sentido del humor como cuando los músicos improvisaron con unos kazoos para emular a una sección de vientos, y en el que Keb’ Mo’ estuvo espléndido. Le sucedieron en el escenario el grupo Rival Sons muy esperados por buena parte de la afición y que llenaron el Hovigs Hangar de música a todo volumen.
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El día siguiente empezó para mi en el Hovigs Hangar, escuchando al galardonado JT Lauritsen & The Buckshot Hunters que me encantaron desde la primera canción hasta la última. Con un repertorio entroncado en Louisiana, el acordeón de JT Lauritsen aporta el color perfecto a cada uno de los temas elegidos y su impresionante voz destaca por su potencia, sentimiento y registro. La banda sonó con pulsación y cohesionada, percibiéndose de que estaba compuesta por maestros del género. Un concierto que me gustó mucho. En la calle principal de la ciudad hay un paseo dedicado a las estrellas del blues similar al de Hollywood, y que es conocido como Notodden Walk of Fame. Ahí se encontraban reunidos los medios de comunicación para celebrar otro gran reconocimiento: Junto a las estrellas dedicadas a BB King, Solomon Burke o Johnny Winter, el director del festival, Jostein Forsberg, colocó dos más con los nombres de Notodden Blues Band y de Reidar Larsen inscritos en el centro. Tanto la banda como el pianista son grandes figuras de la escena musical de Notodden y que han velado por el blues durante años siguiendo en paralelo los pasos del festival. Sin duda alguna, fue un momento muy emotivo en el que no faltó el sentido del humor de los homenajeados. Después seguí mi camino hacia el Bok & Blueshuset dónde me esperaba un equipo de TV para grabarme en una entrevista con el fin de documentar el Blueseum. Tuvo lugar en la sala de control del Juke Joint Studio, en cuya sala de grabación estaban ensayando Delbert Mc Clinton con Royal Southern Brotherhood, Heidi Solheim (Pristine) y el recién homenajeado Reidar Larsen al piano. Por lo que escuché, pensé que el concierto que estaban preparando (con Mc Clinton en lugar de Gregg Alman) saldría muy muy bien. No podría asistir al mismo puesto que acepté el compromiso de ser miembro del Jurado de la Union Blues Cup 2014, que me enorgulleció enormemente. Después de la entrevista volví al Hovigs Hangar para participar en el concierto de Spoonful of Blues con Bogdan Toposki y yo en calidad de artistas invitados. Evidentemente no voy a hacer la crónica de este concierto al ser parte integrante del mismo, pero sí me gustaría expresar lo que sentí desde el escenario, cuando vi al público entusiasmado y mostrando su complicidad y cariño hacia la banda de Jostein Forsberg, Morten Omlid, Tony Caddle y Eskil Aasland que cada año revolucionan el Hovigs Hangar con su música. Sin duda alguna sentí emociones muy intensas y compartir escenario fue realmente sensacional. Al finalizar, me reuní con Carme Barrera, fotógrafa de este reportaje, que me contó su experiencia a bordo del BluesCruise del mediodía escuchando a Mich Woods, lo cual le pareció una experiencia totalmente recomendable. Después, nos dirigimos hacia el enorme Brygga para escuchar a Hugh Laurie & The Copper Bottom Band, quienes en ese espacio con capacidad para 8000 personas no nos parecieron pequeños, sino grandísimos artistas. Ya les habíamos visto en Barcelona, y constatamos que en el espectáculo habían incluido nuevos gags y dos músicos más. Hugh Laurie propone un viaje por la historia del blues, empezando con “Send me to the ‘lectric chair” de Fletcher Henderson recordando a Bessie Smith, siguiendo con un reconocimiento a Leadbelly mientras él mismo toca la guitarra, o Billie Holiday e incluso Dr. John con él al piano y a la voz. El concierto es una mezcla de teatralidad y sentimiento, muy bien interpretado por músicos excelentes y versátiles, con un líder indiscutible que conduce y participa del espectáculo disfrutándolo. Un show que ha ganado en solera desde que lo vimos un año antes en nuestra ciudad.
Me sorprendió gratamente la visita que recibí uno de los días del festival: una joven estudiante de magisterio se presentó en calidad de “Host Artist”. Según parece, por el hecho de actuar en el festival, la organización brinda a cada artista la posibilidad de contar con una persona voluntaria a la que recurrir y que me ofrecía su tiempo. Me pareció una idea genial. Con mi nueva amiga Linn Veronica estuvimos paseando, conversando, enseñándome algunas frases en noruego, descubriendo Notodden, cenando juntas y pasándolo bien. Fue una de las experiencias más bonitas del festival y que me hizo comprender la importancia de la fraternidad para sus organizadores. Notodden Blues Festival mueve mucho dinero (en todas partes se puede consumir algo) pero también remueve muchas emociones. El lema del festival es: Notodden es la ciudad de la mejor gente y del blues (basado en “This festival has the best of people and blues”, fragmento de la letra de la canción “Bluestown” de Kristin Berglund) y ciertamente es así. NBF cuenta con un voluntariado que sigue unas normas estrictas de no consumir alcohol mientras prestan su servicio, y que son un gran potencial de este gran evento europeo. Y no tan sólo la población de Notodden es la que se implica, sino también una multitud de gente llegada de todos los puntos de Noruega para participar de este festival a partir del cual germinó el blues y se divulgó por todo el país.
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El viernes por la noche, después de ver a Hugh Laurie y de pasear y cenar por Notodden, fuimos al Bok & Blueshuset para disfrutar del concierto de Nick Moss y su banda. En el auditorio de este emblemático edificio dedicado a la cultura y al blues, el concierto fue sublime, con una sonorización magnífica y Nick Moss expresándose sin dudas con la guitarra, potente e intenso, haciéndola hablar y sonando a club de Chicago de hoy en día. Todos los músicos tocaron delectándose en los grooves, y muy en especial cabe destacar a Michael Ledbetter que nos dejó completamente hipnotizadas con su voz y electrificantes solos. Un 10 sobre 10 por ellos. La noche continuó para nosotras en Teledølen, dónde lo pasamos en grande escuchando a Super Chikan & The Fighting Cocks. Este gran artista desborda creatividad y lo demuestra incluso construyendo sus propias guitarras, sencillas y del formato “cigar-box” -muy bien decoradas con colores llamativos y brillantes- que hace sonar a las mil maravillas. Es un hombre de origen humilde (hijo del bluesmen Big Jack “Oilman” Johnson) nacido en el área del Mississippi, que ama la vida del campo y se siente orgulloso de sus orígenes. Le encanta reír e imitar las gallinas sobre el escenario, y su carácter campechano revela que es una persona de gran corazón que desea hacer disfrutar a la gente con su música. Tiene el ritmo en el cuerpo y cuando se mueve juega con el movimiento para dar alegría a quienes le observan fascinados por tal privilegio y que para él es un simple don. Le acompañan un trío de mujeres, su hija a la batería, bajo y teclado. Un gran show para finalizar la noche con blues de raíz.
La mañana del sábado empieza con A Contra Blues en Hovigs Hangar. Había poca gente para arrancar la fiesta pero los músicos sonaron muy bien e hicieron un buen concierto que abandoné casi al final para escuchar parte de la conversación de Super Chikan con Arti Tipaldi en la biblioteca del Bok & Blueshuset. Al llegar, la tertulia estaba muy animada y James “Super Chikan” Johnson explicó la necesidad de aceptarse cada uno tal y como es y de amar lo individual sin complejos. Una buena lección de autoestima por parte de este maestro sabio que siempre está de buen humor. “Talkin’ Blues” es una iniciativa del NBF para acercar a los músicos al público y darles la palabra. El día continuó para mi en la sala de conciertos del mismo Bok & Blueshuset como miembro del Jurado de la Union Blues Cup 2014, que es el concurso de blues organizado por la Norsk Bluesunion para elegir la mejor banda de blues del año y darles soporte en su camino hacia la profesionalización. En una próxima entrega se podrá leer la charla que mantuve con la presidenta de la asociación, Bitten Svendsen, mujer de una gran integridad que dejó su empleo dedicando tiempo y ahorros para trabajar de forma altruista por el blues en Noruega. Los compañeros de mesa que componen el Jurado conmigo son Per Oskar Olsen, director del Festival Nidaros Blues en Trondheim, y el músico Stein Idar Stokke, vocalista y armonicista del cuarteto Solid Comfort, con dos actuaciones en Arno dentro de la programación del festival. En la jornada anterior de semifinales, otro Jurado distinto seleccionó a cuatro bandas finalistas de entre los siete grupos participantes, que en la fase final empezaron sus actuaciones por el siguiente orden: Steve Cooling, Sticky Forks, Blueskollektivet y Tin Pan Alley. Me sorprendió en buen nivel de todos los músicos así como su juventud (en Sticky Forks tenían entre 14 y 16 años) y en algunos casos madurez instrumental. Tras deliberar los puntos y notas tomadas durante las actuaciones, los miembros del Jurado coincidimos en otorgar la Union Blues Cup 14 a Blueskollektivet, una banda que tocó con buenos arreglos un repertorio bien elegido, basado en temas originales compuestos en noruego. Grupo de buenos solistas y excelente cantante (que también toca la guitarra rítmica con muy buena pulsación) supieron conducir muy bien el espectáculo. Mucha suerte Blueskollektivet para este año próximo y que la gira que la Norsk Bluesunion les concede sea para ellos una experiencia hermosa y motivadora.
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Al finalizar el concurso fuimos al Folk & Blues Stage, un espacio con una capacidad para 750 personas que ya encontramos todas sentadas y ocupando los bancos dispuestos para tal fin. A modo de escenario vemos una casa de madera en cuyo porche tocan Eric Bibb y Staffan Astner, guitarrista acompañante sueco que aporta una riqueza melódica a las canciones tanto por sus solos como por los adornos. Ambos músicos supieron crear una intensa atmósfera en la que el trovador del blues (así se definió a si mismo Eric Bibb) supo transmitir con emoción sus letras llenas de contenido que él mismo hace latir con los ritmos arpegiados que toca a la guitarra, imprimiendo pulsión rítmica a los patrones que crea con una facilidad sorprendente. Un concierto entrañable que finalizó con una exquisita interpretación de su tema “Connected” y que provocó la petición del un bis que fue complacido con la canción más popular del artista, “Don’t let nobody drag your spirit down”, cantada con una gran fuerza espiritual y dejando todo el alma. Inspiradas por este concierto nos dirigimos hacia la iglesia de Notodden, un gran edificio con capacidad para 500 feligreses que para la ocasión se mezclaron con el público del festival que asistió al concierto de Dorothy Moore. Con la iglesia llena a desbordar, los asistentes se recrearon con la voz grave y rica de la cantante, que bien acompañada por sus músicos supo llenar el ambiente de soul, blues y R&B. Miss Moore sorprendió a más de uno cuando tocó la armónica y agradó al personal con el repertorio elegido. Ante la iglesia, en una especie de restaurante que sirve comida elaborada por la parroquia, pudimos degustar la suculenta sopa de pescado que elabora la esposa del pastor, repitiendo otra vez para no perder la oportunidad de saborear tal manjar. Con tanta fuerza espiritual y orgánica ya estábamos pletóricas de energía y dispuestas a disfrutar del concierto de Vidar Busk & His True Believers, aunque antes paseamos hasta el Bok & Blueshuset para escuchar a Mike Andersen con su banda, que nuevamente nos encantó.
Vidar Busk es un músico fuera de serie, un genio que toca la guitarra con pasión y total libertad artística, sintiendo y dejando el alma en su música. Muy bien acompañado por una sección rítmica de lujo, con Alex Pettersen a la batería y Rune Endal al bajo, y dejando espacios para los otros solistas, hizo un concierto glorioso. Su lenguaje musical es tan amplio que deja fascinado a quienes intentan comprender por donde desarrolla su discurso, que siempre es original y transmite emociones muy diversas. Con el ritmo siempre en sus dedos, los temas que toca caminan y hacen mover a la gente que llenó el Hovigs Hangar a rebosar. Culmina el concierto tocando un blues en tonalidad menor con un solo estremecedor que expresa un sufrimiento intenso, y cada nota surge de las cuerdas de la guitarra al límite de tensión. Al finalizar, cambia el tono y empieza un tema jugando con un ritmo latino y cantando hasta desgañitarse a un metro del micrófono un “Te quiero” perdiendo poco a poco la voz. Momento mágico que continúa con una canción de estructura AABA sin solo, a volumen flojo y con su voz rota por tanta entrega… A los lados del escenario hace un buen rato que esperan algunos miembros de Royal Southern Brotherhood, hipnotizados por la singularidad artística de Vidar Busk, que simplemente disfruta de su concierto sin aparentar querer dejar el escenario, completamente inmergido en su música. A ritmo de boogie para acabar, el público enloquece de arte en un concierto que merece ser recordado como uno de los mejores del festival. En el mismo Hovigs Hangar el espectáculo continuó con Exile on Royal Street, protagonizado por Royal Southern Brotherhood, Reidar Larsen y Heidi Solheim (Pristine), en un tributo a Rolling Stones. Ya había visto a la banda el año anterior y me gustó. La voz prodigiosa de Devon Allman impregnó de una personalidad nueva el repertorio de los Stones. Casi sobrenatural, Cyril Neville apareció bailando como un “Indian Red” de Nueva Orleans y, tal cual maestro de ceremonias, arrancó un solo de Charlie Wooton al bajo que acabó en una auténtica explosión rítmica por parte del extraordinario batería Yonrico Scott. Un momento álgido que entusiasmó al público, que mantuvo su interés por el concierto hasta el final. Entretanto, Carme Barrera visitó el Bellman Pub para ver a Dave Fields y su banda, que en su opinión también ofrecieron un concierto de primera magnitud. Para acabar, tuve la suerte de poder entrar en Teledølen y escuchar de nuevo a Super Chikan & The Fighting Cocks, que celebraron un fin de fiesta espectacular.
El domingo por la mañana era el último día del festival. Para ello, el Hovigs Hangar abrió sus puertas para los dos conciertos gratuitos que tuvieron una gran respuesta popular, recogiéndose fondos para el Sindicato de Trabajadores de Noruega y para sostener la ayuda humanitaria en Gaza. Vi el concierto de Reidar Larsen & The Storytellers, inspirado en la música de Nueva Orleans y en el que la creatividad del artista se dejó escuchar también en idioma noruego. Le siguió una cantante muy conocida en su país llamada Anne Grete Preus con un concierto probablemente dirigido a un público joven. Muchos de los amigos que habíamos reencontrado o conocido en Notodden partían aquel mismo día. Yo aproveché para quedarme y visitar de nuevo el Blueseum, que me emocionó. La entrada a este museo es de impacto cuando se escucha la voz de Morgan Freeman hablando de respeto entre los seres humanos y de la importancia del blues. En su recorrido se puede comprender la historia de esta música y como se convirtió en la columna vertebral de Notodden al surgir un primer festival en un momento de pérdida colectiva y con el pueblo dispuesto a no resignarse. Un museo que ilustra la realidad del blues en Noruega dando voz a sus artistas más representativos para que lo expongan. Un museo del que se sale conmocionado al comprender la dura realidad que vivió la comunidad obrera de Notodden hace más de un cuarto de siglo y como supo seguir adelante con el blues como motivación.
La noche del domingo es la fiesta de los voluntarios. Espen Fjelle nos invita a cenar con ellos en el Bok & Blueshuset y a disfrutar de los conciertos previstos. En la sala de conciertos aguarda el escenario decorado con lucecitas en el que después de la entrañable cena, Grainne Duffy empieza su actuación junto a sus tres acompañantes, entregándose de corazón. Le sigue Mike Andersen Band, quien llena la sala con su hermosa voz y motiva a los asistentes a bailar con el groove de su música. Excelente concierto una vez más. En un momento dado arranca una jam session con JT Lauritsen al piano, que después continúa con Nick Moss a la guitarra, a la que se une Jostein Forsberg cantando e improvisando junto a Mike Andersen y su grupo. El fin de fiesta lo protagonizan Marcus Løvdal Band que nuevamente nos dejan con la boca abierta por su madurez musical. Un final feliz para un festival del cual tan sólo he relatado una décima parte de su programa, ya que el cartel era mucho más extenso, con conciertos que se solapaban para que cada cual elaborara su propio itinerario. Y sin duda alguna, la ruta que tracé fue un hermoso viaje.
Texto: Big Mama Montse
Fotos: Carme Barrera
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